¿Conoces en qué consiste exactamente un centro de distribución, los procesos que deben cumplir y cuáles son sus características?
Lo cierto es que estos aportan múltiples ventajas, tanto logísticas como económicas, a las empresas y a los negocios.
Hoy en Esnova te contamos todo lo que tienes que conocer al respecto para sacarles el máximo partido.
Indice de contenidos
Un centro de distribución es una instalación, edificio o construcción de tipo logístico cuya función principal es la de almacenar, recibir y enviar diferentes mercancías.
Estamos hablando de un espacio que cumple el papel de intermediario dentro de toda la cadena de suministro, puesto que puede almacenar los paquetes en el momento en el que entran hasta que son expedidos hacia el lugar de destino, bien sea a otro almacén, mayoristas, minoristas, fábricas o destinatarios particulares.
Estos centros pueden contar con uno o con varios almacenes en función de los productos que estén destinados a guardar temporalmente y sus necesidades.
Por esto mismo, pueden disponer de equipos de climatización, como aire acondicionado y calefacción, grandes salas de refrigeración para los productos perecederos, salas de preparación de paquetes y mercancías, rampas para mejorar el transporte entre distintas zonas, etc.
Es crucial, entonces, considerar cualquier variable a la hora de diseñar el layout de las instalaciones.
De todos modos, hay que tener en cuenta que los centros logísticos se entienden, a fin de cuentas, como zonas de paso en las que los bienes deben permanecer siempre el menor tiempo posible.
Además, debe evitarse al máximo posible el moverlos dentro de las propias instalaciones una vez estén almacenados allí.
Los centros de distribución son una parte más que esencial de toda infraestructura logística.
Estos se vuelven aún más cruciales si tenemos en cuenta que, día a día, el comercio electrónico no deja de volverse más común, aumentando su uso en todo el mundo.
Si bien esta ya era una tendencia antes de la pandemia de la COVID-19, desde su estallido se ha acrecentado todavía más.
Si se implementa correctamente dentro del funcionamiento de una empresa y se gestiona de manera adecuada, los centros de depósito y expedición hacen que toda la cadena de distribución de la empresa se optimice.
Todo funciona de continuo, sin interrumpirse ninguno de los procesos, evitando el sobrestock en los almacenes y entregándose el producto al destinatario en la fecha acordada.
Esto hace que cuente con múltiples ventajas para los negocios, como veremos a continuación.
Se debe a que disminuye las posibilidades de error, al mismo tiempo que aumenta la satisfacción de los clientes y con ello, el margen de ganancias de la empresa.
Disponer de un buen centro de distribución logística aporta multitud de beneficios y ventajas al negocio:
Gracias a que se centralizan en un mismo lugar las recepciones y los envíos de las mercancías.
Así, bajan los costes de almacenaje de productos, ya que estos pasan el menor tiempo posible en el centro, de igual manera que se reducen los gastos por transportes prescindibles.
Como resultado, se da un mayor ahorro económico y un margen de ganancias más amplio.
Los centros de logística son un aspecto clave, como ya comentamos, en la cadena de suministro.
Si se gestionan de una buena forma, se evitan errores, se certifica una entrega dentro del plazo estimado previamente y se completa el proceso con éxito para todas las partes implicadas.
Este tipo de almacenes de expedición se suelen localizar, comúnmente, en zonas estratégicas cerca de puertos, aeropuertos o carreteras que conectan importantes núcleos urbanos.
Consecuentemente, los tiempos de entrega de las mercancías disminuyen de manera considerable.
Al completarse la cadena más rápidamente, al mismo tiempo que bajan las probabilidades de error y se entregan los productos en el tiempo estimado, el servicio a los clientes y su propia satisfacción se optimiza.
Ahora bien, dentro de un centro logístico, ¿qué procesos se llevan a cabo?
Para que todo salga de la mejor forma posible, un almacén logístico tiene que realizar una serie de operaciones:
El primero de los pasos comienza en el momento en el que se recibe la mercancía por parte del proveedor o del centro de suministro, por ejemplo.
Lo más común es que se tenga que recoger en los muelles de carga habilitados.
Completar esto de manera óptima es primordial, ya que si no se entorpece todo el resto de la cadena.
Una vez se han recogido los bienes, toca clasificarlos y prepararlos para almacenarlos.
Los productos se trasladan desde el muelle de carga a cada zona correspondiente para su almacenaje.
Como ya se puntualizó, cada producto debe depositarse en el área habilitada para ello en función de sus características y necesidades.
Unido a esto, se debe de realizar una gestión del inventario, anotando y registrando las entradas y las salidas de la mercancía.
El último paso de todos corresponde a la preparación de los pedidos que vayan entrando y su posterior envío y distribución a destino.
Esto depende directamente de un buen almacenamiento, ya que agiliza y simplifica este proceso, haciendo que el flujo de trabajo sea dinámico y fluido.
Los envíos pueden prepararse manualmente o mediante sistemas automatizados.
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