Las estanterías metálicas que forman la estructura se suman a la cubierta y a los cerramientos perimetrales formando todo ello el propio edificio sin necesidad de obra civil, es decir, además de servir para el propio almacenaje, las estanterías metálicas son el soporte del edificio, evitando la construcción de una nave específicamente destinada a tal fin.
Esta característica implica un importante ahorro ya que supone una menor inversión.
Este tipo de almacén autoportante consigue aportar una gran densidad de carga y es la solución óptima si se pretende almacenar a gran altura, pudiendo llegar a más de 30 m. Es totalmente compatible tanto con un sistema de carretillas de manejo manual como con sistemas automatizados y pueden trabajar perfectamente en frío, tipo cámaras de congelación.
Los componentes que conforman nuestros almacenes autoportantes están fabricados en acero de la máxima calidad y están sujetos a pruebas en nuestro laboratorio de ensayos, que certifica su validez para este tipo de solución de almacenaje.
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