¿Cómo funciona un almacén caótico?

Optimizar al máximo el funcionamiento y gestión de un almacén es primordial para una empresa. Dependiendo del dinamismo y la funcionalidad de dicho almacén, la entrega de pedidos y gestión del stock de la empresa se verá afectado de forma positiva o negativa. Existen diferentes criterios y sistemas para la organización de un almacén, desde Esnova queremos mostraros las ventajas y beneficios del método caótico o desordenado.

Definición de almacén caótico

La característica principal por la que se rige este sistema de almacenaje caótico se basa en el estocaje. Como su propio nombre nos indica es algo caótico y es que los artículos no se organizan bajo ningún criterio de orden concreto sino que su ubicación se va asignando según la disponibilidad de espacio que exista en cada momento. Dependiendo de los huecos, se va rellenando el espacio vacío que vaya quedando en el almacén con productos nuevos debido a que no existen ubicaciones predeterminadas con anterioridad.

Este sistema de almacenaje es perfecto para aprovechar al máximo el espacio disponible, además de un potencial ahorro de costes en electricidad y suelo.

El desorden ordenado: ¿cómo se gestiona un almacén caótico?

Un almacén caótico podría describirse como aleatorio, libre, variable y desordenado, pero a pesar de su nombre y definición, la selección de las ubicaciones del almacén sigue -de algún modo- un orden estricto basado en la rotación de existencias o en la clasificación de productos A-B-C. Este sistema es uno de los métodos más novedosos utilizados actualmente en la gestión de almacenes. Principalmente consiste en dividir los productos que llegan en 3 categorías dependiendo del movimiento de la mercancía. Es decir, los productos clasificados en la categoría A, tendrán una rotación alta, mientras que los clasificados en la C la rotación será menor. (Generalmente el grupo A representa el 60% de los movimientos, el B entre 30 y el 50% y el C entre un 10 y un 30%).

Cuando ya están hechas las divisiones de categorías, el espacio de almacenaje se organizará de la siguiente manera: grupo A, zona más próxima a las plataformas de embalaje de pedidos y el resto del almacén para B y C. En ocasiones este método puede combinarse con otros sistemas de almacenaje como el FIFO o el LIFO para aprovechar aún más su rendimiento.

Por último, hay que tener en cuenta que el apoyo informático y de software de gestión es indispensable para llevar a cabo esta distribución, teniendo perfectamente el producto ordenado y situado en tiempo real.

Ventajas de este tipo de ubicación y gestión

1. Optimiza el espacio al máximo

Este sistema supone una reducción enorme de los costes de espacio disponible. Se calcula que puede llegar a aprovechar más del 90% de la capacidad completa del almacén, aprovechando casi al completo el espacio.

2. Gran flexibilidad

Aunque existan cambios repentinos en el stock almacenado, la adaptación del mismo es muy sencilla y rápida sin llegar a sufrir grandes variaciones operativas.

3. Se acelera el proceso de selección y colocación de los productos en el almacén

Las decisiones de colocación de las mercancías son muy rápidas y sencillas, lo que agiliza este tipo de gestiones relacionadas con la ubicación de los productos. Además, se reducen de forma considerable los tiempos por parte de los operarios. Y en el caso de contratar nuevos trabajadores, estos no tendrán que aprenderse la distribución del almacén y todas las gestiones serán más eficientes.

4. Ofrece una alta precisión en las operaciones

Gracias a su desorden ordenado, es imposible que los trabajadores se equivoquen con el tipo de producto y su colocación. Por ejemplo, en los almacenes tradicionales la colocación de productos con características similares es muy próxima lo que puede dar lugar a confusiones y errores.

Algunos requisitos imprescindibles en tu almacén

1. Es indispensable disponer de un Sistema de Gestión de Almacenes o WMS, para tener todo el inventario informatizado.

2. Contar con un espacio adaptado a las necesidades de los productos (refrigeración, paquetes de gran volumen y altura, etc.)

Por último, es crucial mencionar que la mejor optimización del espacio y recursos de un almacén depende directamente de las necesidades propias de la empresa. Realizar un estudio del tipo de mercancía y del movimiento o rotación que tendrán los productos es fundamental para optar por un sistema de almacenaje que sea eficiente y funcional.