Dependiendo de las necesidades y la distribución de cada almacén, el sistema logístico interno varía considerablemente. Por ello existen distintos tipos de almacén que podemos clasificar según la situación geográfica y la actividad, el tratamiento fiscal de la mercancía, el recinto del almacén, el grado de automatización o según su función logística. Dentro de este último encontramos los almacenes de consolidación y los almacenes de ruptura.
En anteriores ocasiones ya hemos hablado en profundidad sobre el almacén de consolidación y hoy queremos despejar todas las dudas sobre el almacén de ruptura o de división de envíos.
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El almacén de división de envíos lleva a cabo una función totalmente inversa al almacén de consolidación. Es decir, ante un pedido de gran volumen, en el almacén de ruptura la mercancía se divide para efectuar envíos más pequeños (de menor tamaño). El sistema se basa en almacenar mercancía de un solo proveedor con un volumen de producto grande para después facilitar el envío. De este modo, se consigue acercar la mercancía desde los centros de producción más alejados a un punto intermedio cerca del cliente final mejorando así la distribución y la gestión con el cliente.
Este tipo de almacenes se dimensionan para soportar una producción que se efectúa en grandes lotes dependiendo de la fabricación del proveedor. En ocasiones, también cumplen la función de almacenes cíclicos por lo que durante algunos meses del año pueden estar sobredimensionados.
La respuesta es rotunda, sí. Este tipo de almacenes -aunque cuentan con un volumen grande de productos de un solo proveedor-, a causa de la división de la mercancía, la gestión logística se vuelva más complicada y pueden aparecer errores por parte de los operarios en la expedición de pedidos o en la fase de transporte.
Para mejorar el funcionamiento interno de un almacén, el SGA es el sistema más fiable:
El centro de ruptura, así es como se conoce al almacén de división de pedidos, recoge material de un único fabricante y lo distribuye a un amplio número de clientes con diferentes necesidades. Este tipo de almacenes siguen unas fases muy estructuradas; desde la recepción de la mercancía por parte del proveedor, hasta la entrega final, el cliente.
Los centros de ruptura muestran múltiples ventajas, sobre todo cuando hablamos de empresas que trabajan con un solo proveedor.
– Reducción del número de contactos de los fabricantes con los clientes finales. La cadena de intermediarios se reduce considerablemente en el almacén de ruptura, dejando exclusivamente una conexión entre el cliente final y el proveedor.
– Reducción del movimiento de los clientes. Este sistema actúa como intermediario entre los clientes y el fabricante. Así los usuarios solo necesitan acudir a un centro de ruptura para recoger diferentes productos.
– Reducción de costes respecto al transporte. Al contar con productos de un solo proveedor y situarse en un lugar intermedio entre el fabricante y el cliente final, la distribución se agiliza y se reduce la inversión.
¿Crees que el almacén de ruptura sería la mejor opción para tu empresa? Si necesitas asesoramiento, nuestro equipo técnico te atenderá encantado y resolverá todas tus dudas analizando el flujo de mercancía que se maneja en tu almacén para ofrecerte la solución logística más adecuada.
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